La creación escultórica de Concha Daud se inicia en el año 2006, y surge debido al interés por indagar otras posibilidades artísticas, otros modos de expresión. Con la intención de investigar las formas tridimensionales, de trabajar el espacio y el volumen, de incorporar materiales nuevos con diferentes calidades y texturas. Recoge materiales desechables y se decanta por la escultura en metal, sobre todo el hierro. A través de la manipulación creativa, recicla y reutiliza estos materiales para transformarlos y convertirlos en obras escultóricas. La técnica utilizada es la soldadura de arco voltaico con electrodo revestido.
“De pequeña viví cerca de una herrería. Ahora no recuerdo nada concreto que me llamara la atención, pero estoy segura que no me pasó desapercibido ese espacio lleno de herramientas y trozos de hierro, de chispas y de golpes de martillo, así como la habilidad con que trabajaban el material y su gran elasticidad al ser manipulado para darle otra forma. Lo que más recuerdo, y todavía me sigue gustando, es el olor del hierro al ser sometido a esos cambios propios para llevar a cabo su transformación. Es posible que aquellas vivencias, de imágenes, sonidos, olores, hayan influido en mi interés por trabajar con esos materiales y herramientas porque, desde siempre, me han llamado la atención todos aquellos oficios artesanales que tienen componentes artísticos y creativos”.